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EVENTOS Y ESPECTACULOS

Pablo Milanes

Pablo Milanés nació en Bayamo, Cuba el 24 de febrero de 1943. Es uno de los fundadores indiscutibles de la nueva trova. Antes de su implicación en lo que más tarde sería la nueva trova cubana, Pablo Milanés se inició en una importante corriente musical de la canción cubana que vino a llamarse el feeling.

El feeling es un estilo musical que se inició en Cuba en la década del 40 y suponía una nueva manera de afrontar la canción, donde el sentimiento definía la interpretación y estaba influenciado por las corrientes norteamericanas de la canción romántica y del jazz. El feeling se acompañaba de una guitarra, al estilo de los viejos trovadores, para establecer la comunicación o "feeling" con el público.

Como intérprete, Pablo Milanés se incorporó posteriormente al cuarteto denominado Los Bucaneros, con quienes colaboró en sus primeros trabajos. También probé suerte como solista ocasional, diversificando de esta manera sus experiencias que más tarde le llevarían a trabajar en solitario.

En 1965 Pablo Milanés publica "Mis 22 años", considerada por muchos el nexo de unión entre el feeling y la nueva trova cubana, incluyendo nuevos elementos musicales y vocales que serían precursores de la música cubana que vendría después.

La colaboración con Los Bucaneros alcanza hasta 1966. En 1967 se incorpora al servicio militar obligatorio. Era la época de la guerra de Vietnam y Pablo Milanés comienza a tomar partido por las causas justas, surgiendo en sus temas la preocupación por lo que le rodea.

En 1968, Pablo Milanés ofrece su primer concierto con Silvio Rodríguez en La Casa de las Américas. Esta sería la primera muestra de lo que más tarde, en 1972, surgiría como movimiento musical popular, la nueva trova. En ese mismo lugar Pablo Milanés iría conociendo a los miembros de la élite cultural y musical de otros países americanos con los que Pablo compartía sus preocupaciones sociales. Violeta Parra, Daniel Viglietti, Chico Buarque, Vinicius de Moraes, Milton de Nascimento, Víctor Jara, entre otros muchos, pasaron por la casa de Las Américas en aquella época.

Como compositor, Pablo Milanés ha tocado diversos estilos, entre ellos el son cubano y la canción protesta a finales de los sesenta. Ha pertenecido al Grupo de Experimentación Sonora y ha compuesto temas para el cine. A través del GESICAIC, tanto Pablo Milanés como otros destacados músicos cubanos, incluyendo a Silvio Rodríguez participan en un taller creativo donde se formaba a jóvenes talentos cinematográficos cubanos enseñándoles lo mejor de la música cubana, que posteriormente quedaría plasmado en una generación de cineastas que fundían a la perfección música y cine. Esta etapa de Pablo Milanés abarca desde finales de los sesenta hasta mediados de los setenta, y va repleta de buenos temas del artista: "Yo no te pido", "Los años mozos", "Cuba va" , "Hoy la vi", "Yolanda, "No me pidas", "Los caminos", "Pobre del cantor", "Hombre que vas creciendo", "Yo pisaré las calles nuevamente", etc.

A principio de los ochenta, Pablo Milanés forma su propio grupo, con la colaboración de varios amigos que estuvieron con él en el GESICAIC. Esta etapa de Pablo Milanés se caracteriza por la riqueza de los recursos musicales utilizados y por la variedad de los géneros entremezclados, aunque sus contenidos siguen teniendo un fuerte trasfondo social.

Un álbum importante en la vida de Pablo Milanés fue el titulado "Querido Pablo", un disco homenaje grabado por Pablo Milanés con algunos de sus grandes amigos, y en el que participan gente de la talla de Víctor Manuel y Ana Belén, Luis Eduardo Aute y Mercedes Sosa, entre muchos otros. Este disco tuvo una secuela en 2001, que llevaba el título de "Pablo Querido". 20 años después, un buen puñado de artistas se vuelven a reunir para cantar al son de Pablo Milanés. En esta ocasión, además de amigos "clásicos" de Pablo, se unen artistas de la nueva música pop, como Fher, el cantante de Maná, Marco Antonio Muñiz o Armando Manzanero.

Silvio Rodriguez

Nacido en el seno de una familia humilde (su padre era campesino y su madre peluquera), en 1951 se trasladó con su familia a La Habana, donde empezaría a tocar el piano. En 1963 compuso sus primeras canciones, y cuatro años más tarde participó en el programa televisivo “Música y Estrellas”. Debutó como intérprete en el Museo de Bellas Artes y en 1975, cuando llevaba ocho años como profesional y había compuesto cientos de canciones, grabó su primer disco en solitario. Además de desplegar su amplia actividad musical, trabajó la televisión cubana y con el grupo de experimentación sonora del ICAIC (Instituto Cubano de las Artes y de la Industria Cinematográfica). A lo largo de su carrera colaboró con numerosos cantantes y músicos latinoamericanos y españoles en discos y giras.

En su constante intento de renovarse experimentó con el jazz y sus raíces en las viejas baladas de la música negra, al igual que con el son de la cultura musical cubana. Más tarde, Rodríguez volvería a apostar por la fórmula del cantautor típico, acompañándose tan sólo de su peculiar voz y de su guitarra. Como ejemplos de sus diversos giros se cuentan los trabajos Te doy una canción (1975), Al final de este viaje (1978), Tríptico (1984), uno de sus más reconocidos discos, el recopilatorio Clásicos cubanos 1975-1984 (1991) y Cita con ángeles (2003).

Surgida a finales de los años sesenta e inspirada por la revolución castrista, la influencia de la Nueva Trova cubana y de Silvio Rodríguez como su máximo exponente sobre toda una generación ha sido reconocida en todo el mundo, incluso por quienes no están de acuerdo con sus ideas políticas. Fiel a los principios de la revolución cubana, el cantante ha mostrado siempre su adhesión incondicional a Fidel Castro, reclamando el levantamiento del bloqueo estadounidense a su país y la devolución de la base naval de Guantánamo.

Grupo de Ballet

Es la compañía cubana de ballet más importante y es considerado una de las cinco mejores compañías de ballet clásico del mundo, después de la Opera de París, el Royal Ballet de Londres, el American Ballet Theatre y el Ballet Bolshoi. Se considera que esta compañía es el punto cimero de la fuerte y consolidada Escuela Cubana de Ballet fruto de la genuina unión de Fernando Alonso, Alicia Alonso como gran ballerina y Alberto Alonso, hermano del primero y quien fue el primer bailarín profesional de Cuba.

La compañía se funda el 28 de octubre de 1948 con el nombre de Ballet Alicia Alonso. Ya en su primer año de vida realiza la primera gira por varios países de Latinoamérica, 14 en total, cuyo debut tuvo lugar en el Teatro Municipal de Caracas, en Venezuela, donde el golpe de estado al presidente Rómulo Gallegos, obligó a la compañía a cancelar su presentación en ese país.

Durante esta etapa, en uno de sus regresos a La Habana, el 8 de enero de 1949, presentan su primera función gratuita en el estadio de la Universidad de La Habana, con la cooperación de la Federación Estudiantil Universitaria y la ayuda económica de una popular firma cervecera. Brindar funciones gratuitas o a muy bajo costo en estadios, anfiteatros y plazas públicas en La Habana y otras ciudades del país fue el modo de hacer el ballet asequible a todos los sectores de la sociedad.

En 1950 se funda la Academia Nacional de Ballet Alicia Alonso, la primera de su tipo en Cuba, donde se forjarían a partir de entonces las nuevas figuras del ballet cubano.

¨A los fines de contar con una fuente permanente de bailarines cubanos hemos creado la Academia Nacional de Ballet (…) procuramos dar una enseñanza artística completa que abarque todos los grados, de la que surgirán futuras estrellas del ballet que, como la eminente bailarina cuyo nombre lleva, cubran de gloria nuestra Patria (…) aspiramos a que Cuba sea el lugar de la América de habla española a donde puedan acudir, de todo el resto de nuestra América, a adquirir enseñanza de la danza. Soñamos con ser un centro del ballet en la América Latina¨. (Alonso Fernando: Manifiesto publicado en el programa de la primera fiesta de fin de curso de la Escuela. La Habana, 1 de diciembre de 1950).

La Academia complementó el claustro de profesores cubanos con eminentes especialistas extranjeros que venían a los cursos de verano que se organizaban anualmente, entre ellos los rusos George Gontcharov, del Ballet del Sadler´s Wells de Londres; Ivan Kireff y Olga Kireva, exsolistas del Ballet del Teatro Imperial Marinsky de San Petersburgo y la Compañía de Anna Pávlova; Alexandra Fedórova, también exsolita del Teatro Imperial Marinsky y profesora fundamental en la formación técnico artística de Alicia y Fernando Alonso, y su hijo León Fokine, quien había alcanzado gran prestigio por su labor docente en los Estados Unidos; los ingleses Mary Skeaping, Anna Ivanova y Phyllis Bedells, del Ballet del Sadler´s Wells de Londres; los argentinos Armando Navarro y Carlota Pereyra, el uruguayo Víctor Álvarez, el puertorriqueño José Parés, la argentina Marta Mahr, el norteamericano Charles Dickson y la española Ana María, además de otras personalidades que, invitadas por la Compañía, impartieron clases como Mía Slavenska, André Eglevski y Nora Kaye, Royes Fernández e Igor Youskevitch.

Además, la Academia incorporó en su plan de estudio la enseñanza de la danza moderna, a cargo del maestro Ramiro Guerra, danzas españolas, folklore y danzas de carácter, música, historia del arte, historia del traje, estética y anatomía.

Una Cátedra de Artes Dramáticas, bajo la guía de la afamada actriz Violeta Casals y con el concurso de otras personalidades del ámbito teatral cubano como Reinaldo de Zúñiga, Francisco Morín y Lorna de Sosa, ofreció un plan de estudios que incluía interpretación y dirección escénica, técnica teatral, escenografía, vestuario, maquillaje, historia del teatro, problemas de producción radial y televisiva y técnica para guiones radiales y cinematográficos.

La Escuela hizo extensiva su metodología a más de una docena de planteles en la etapa prerrevolucionaria. Además de su sede principal en el Vedado y de su sucursal en el reparto Kohly, también se expandió a Güines y Güira de Melena, Pinar del Río, Matanzas, Colón, Cárdenas y Unión de Reyes; Santa Clara, Santo Domingo y Cienfuegos; Camagüey y Ciego de Ávila, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

¨Creo que el artista tiene una misión social que cumplir y esa misión debe realizarla en servicio del medio en que nació y al que pertenece de por vida.¨ (Alicia Alonso. Bohemia, La Habana, 29 de enero de 1950)

A partir de ese mismo año de 1950 Alicia empieza a estrenar sus propias coreografías en la compañía, entre las primeras están, Ensayo Sinfónico y Lydia. Y en 1952 se incorporan al repertorio de la compañía las obras La fille mal gardée, con coreografía de Alicia Alonso y Un concierto en blanco y negro de José Parés. El 24 de enero de 1954 estrenan en América Latina la versión completa de El lago de los cisnes y en 1955 la compañía pasa a llamarse Ballet de Cuba.

El 20 de mayo de 1956 realizan en América el estreno de Romeo y Julieta de Prokofiev, con coreografía de Alberto Alonso. El 15 de septiembre de 1956 se presenta la Función de Homenaje y Desagravio, organizada por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en el Estadio Universitario, en forma de protesta contra las medidas tomadas por el gobierno de Fulgencio Batista, que había decidido retirar la ayuda económica que recibía el Ballet de Cuba ante la negación de este de convertirse en una entidad oficial, y, por ende, en instrumento propagandístico del régimen. Ante esta situación, el Ballet de Cuba recesó sus actividades en el país, aunque para mantener la disciplina técnica y artística se realizaron presentaciones privadas en el local de la Escuela de Ballet. Entre 1957 y 1959, durante sus compromisos artísticos con el Teatro Griego de Los Ángeles, Alicia Alonso puso como condición la presencia en el elenco de las jóvenes bailarinas cubanas que la habían acompañado a los Estados Unidos para que no interrumpieran su entrenamiento y pudieran continuar desarrollándose.

En 1957 Alicia es invitada a bailar en el Ballet Kirov, de Leningrado; el Bolshoi de Moscú y los Teatro de la Ópera y Ballet de Riga y Kiev, junto a Fernando Alonso, lo que le permitió acercarse a la tradición del ballet en estos países e incorporarlas luego a la técnica del Ballet de Cuba.

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